3 Trucos para tomar café… y poder dormir por las noches

Si eres de los que no se imaginan una vida sin café, pero tienes ciertas dificultades a la hora de conciliar el sueño, este post es para ti. Y es que, aunque el café tenga infinitos beneficios para nuestra salud, también puede repercutir en nuestro sueño nocturno. Y como a nadie le gusta pasarse noches de insomnio contando ovejas, en Café Saula os dejamos 3 consejos para poder seguir tomando café sin sorpresas al final del día.

  1. Vigila las horas de consumo de café

Aunque la creencia popular dice que, para estar el máximo de activos, el café de debe tomarse nada más despertarnos, la realidad es un poco diferente. Según estudios científicos, las mejores horas para tomar café son entre las 10 y las 12 del mediodía y desde las 2 hasta las 5 de la tarde. De esta manera, la cafeína cumple el objetivo de mantenernos despiertos durante el día y no la acumula, lo que provocaría que interfiriese con nuestro ciclo de sueño. Por supuesto, más tarde de las 5 lo ideal es tomarse el café descafeinado.

  1. Tomar café antes de la siesta

 Aquí os dejamos un secreto: tomar el café antes de una breve siesta de 15 minutos garantiza un sueño del que nos despertaremos con la energía suficiente para afrontar la tarde. Esto se explica porque, pese a que la cafeína tarda 45 minutos en ser completamente ingerida, sólo bastan 15 minutos para que empiece a hacer efecto.

  1. Buscar la oscuridad para combatir el insomnio

Si aunque hayas tomado el café en las horas adecuadas, te hayas pasado al descafeinado a partir de las 5 y hayas hecho una breve siesta reparadora, sigues teniendo insomnio por la noche, tenemos una solución. Una manera de contrarrestar el efecto de la cafeína es intentar rodearse de la menor cantidad de luz posible. Y es que tener mucha luz alrededor durante las horas previas a dormir desconcierta a nuestro reloj interno, dándole a entender que es de día. Mejor que el dormitorio esté o oscuras o con la luz muy atenuada. ¡Ah! Y eso sí, apagad las pantallas de móvil, pues contribuyen a “despertar” el cuerpo, en vez de adormecerlo.